En un mercado saturado con marcas deseando vincular valores “cool”, Mullet decidió trabajar en la dirección opuesta y posicionarse de manera completamente excéntrica.
Desde su fundación, Mullet no se tomó muy en serio, nunca dando importancia a la opinión de la gente, pasando desapercibida y de esta misma manera enfocándose en una sola cosa: pasarla bien. Obviamente, hasta ahora, ha funcionado muy bien.